La leyenda fenicia de Cadmo y Europa

[فينيق]

simboliza el paso del conocimiento,

la sabiduría y las ideas de belleza

del Medio Oriente hacia Occidente.

Cadmo y Europa eran hermanos, príncipes fenicios de la Ciudad de Tiro (Tiro fue una de las más grandes e importantes ciudades de Fenicia). Cuenta la leyenda que un día Europa caminaba por las costas del Mar Mediterráneo que colindan con la Ciudad de Tiro. Era una joven hermosa e inteligente. Era tal su belleza que cuando Zeus, el máximo Dios de los griegos la vio, se enamoró de ella y construyó un plan para raptarla y llevarla con él.

Entonces Zeus se convirtió en un gran y llamativo toro. A Europa le gustó el toro, se acercó y subió a su lomo. Zeus, de inmediato, aprovechó para raptarla. (De acuerdo con los mitos Griegos Zeus tenía la cualidad de cambiar de forma y presentarse de mil maneras distintas. En la antigua Fenicia a los hombres jóvenes, apuestos, fuertes y atractivos les llamaban “toros”, es posible que a esto se refiera la leyenda).

Zeus llevó a Europa a la isla de Creta, allí la mantuvo cautiva y tuvieron varios hijos. Uno de ellos fue Minos quien fue rey de la isla y fundó una importante civilización. (De este rey mitológico se deriva el nombre de la cultura minoica. Se dice que la primera civilización occidental fue la cultura minoica fundada por el hijo de Dios y de una princesa fenicia, por lo que hoy en día se plantea que la cultura minoica es una expresión de la cultura fenicia).

Mientras tanto en Grecia el rapto tuvo repercusiones, tanto las diosas como los dioses del Olimpo protestaron y le reclamaron a Zeus. (El Olimpo era el lugar donde vivían los Dioses y las Diosas griegas). Nadie estaba de acuerdo con la importancia que había adquirido Europa y su descendencia. Las diosas protestaron porque decían que había suficientes mujeres en Grecia y Zeus prefirió a una extranjera y no sólo eso: esta mujer era mortal y no diosa como ellas. Las Diosas griegas estaban celosas de Europa. Los dioses protestaron contra Zeus porque en sus aventuras no los tomaba en cuenta, ni siquiera los dejaba ver a esta hermosa, inteligente y atractiva mujer. Decían que Zeus era sumamente egoísta por no compartir las cualidades de Europa. Dioses y diosas estaban furiosos contra Zeus.

El príncipe Cadmo, hermano de Europa, había solicitado a Zeus la liberación pero sin ningún resultado positivo. Entonces decidió desembarcar en Creta y salvar a la princesa que estaba cautiva en la torre del palacio y custodiada por un dragón de tres cabezas (tal parece que desde estas épocas antiguas se escribió la primera leyenda de una princesa raptada a la cual un príncipe se dispone a rescatar).

Cuando Cadmo llegó a la isla de Creta para rescatar a su hermana, los dioses y las diosas lo interceptaron y lo amenazaron: las diosas le dijeron que si rescataba a Europa ellas la iban a matar, los dioses lo presionaron diciendo que si no rescataba a Europa ellos lo matarían a él.

Cadmo estaba en un dilema: si rescataba a Europa ella moriría, si no la rescataba: él mismo moriría. Finalmente decidió rescatar a su hermana pensando que la llevaría a salvo hasta Fenicia.

Todos, dioses y humanos, estaban enojados con Zeus, sin embargo nadie podía enfrentarlo pues era todo poderoso. Cadmo sabía que tenía un gran reto, también sabía que no podía pelear contra Zeus por lo que decidió no enfrentarlo directamente sino a su dragón, aquél que custodiaba a Europa. Con sabiduría, estrategia y perseverancia Cadmo logró vencer al monstruo.

Sin embargo, tal como habían amenazado, las diosas mataron a Europa. Zeus se sintió muy dolido y en honor a ella, llamó así a todo el continente. Las diosas adoptaron la sabiduría y las formas de Europa para arreglarse y comportarse. Los dioses también estaban complacidos con los conocimientos y técnicas que recibieron. (De esa manera los fenicios a través de la cultura minoica influyeron en el desarrollo de la cultura griega).

Cadmo reflexionó, los dioses no debían seguir imponiendo su voluntad de esa manera. Se dio cuenta que la fuerza de los dioses podía ser mitigada siempre y cuando los humanos no se enfrentaran directamente a ellos sino atacando los monstruos y dragones que los dioses usaban para asustar a los humanos. Observó que estos monstruos son alimentados por la ignorancia que provoca miedo y paraliza. Por ello propuso y manifestó que la fuerza del ser humano es la inteligencia y el conocimiento.

Así Cadmo arrancó los colmillos del dragón y los sembró por todo el Mediterráneo y de cada colmillo nació una escuela en la que se enseñaba a los seres humanos a conocer el mundo, a mejorarlo y a enfrentarse a las cosas que les dan miedo y les hacen daño.

Por eso a Cadmo le llaman el maestro, el primer maestro.

Las palabras academia y académico derivan de su nombre.

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